​Nuestra app utilizaría los smartwatches o los smartphones para grabar situaciones en las que nos sintiésemos en peligro y las enviaría a una lista de contactos que tendríamos predefinidas, junto con nuestra geolocalización, con el fin de que pudiesen ayudarnos personalmente o llamando a la policía. También podría instalarse en pulseras o colgantes, pasando totalmente desapercibidas para los agresores. El producto sería válido para todas las edades, aunque sería aconsejable a partir de los 10 años, para asegurarnos que el niño tenga la madurez suficiente como para detectar una situación de peligro. La app se ofrecería a sus usuarios de forma gratuita, ya que nuestra misión tiene una finalidad social.